Hola, soy Sara Soria, y en Mentes Despiertas comparto ideas y reflexiones para empoderarnos y combatir la desigualdad.
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Mira, la polémica de la que te voy a hablar hoy es de la semana pasada pero la he tenido que reposar porque estaba cabreada como una mona y solo podía escribir mi opinión en forma de sapos y culebras.
Una cosa así: ¡¡¡¡ldkjashfñld!!! ¡¡¡¡¡hfksdljshdjash!!!! ¡¡¡¡¡AGGRRRFRFRFAAHH!!!!!
Ahora que se me ha pasado un poco, te cuento.
Hace mucho que me tomo los ataques machistas a risa, porque sino es un sinvivir.
La carcajada es para mi, pura supervivencia.
Pero esta polémica me ha cabreado y por eso mismo, me ha dado mucho que pensar. Y te traigo las conclusiones de esa reflexión por si te da qué pensar a ti también.
Vamos allá.
Laura Sánchez, la directora de programación de la Chocita del Loro, uno de los locales de monólogos más emblemáticos de Madrid, respondió esto cuando en una entrevista le preguntaron por qué había 26 hombres y solo una mujer en su programación:
“mucho del humor que hacen las mujeres es como de víctimas o muy feminista, y claro el público que va, no suele comprarlo.”
Y mira, me quedé alucinada con estas declaraciones.
Primero porque si algo no es feminista, es machista. Si llevas rato en esta lista ya sabes que el feminismo defiende la igualdad de oportunidades. Si acabas de entrar, te lo cuento aquí.
Y segundo porque no tengo ni idea del sector humorístico, pero sin investigar absolutamente nada, ya sabía que el podcast de las cómicas de Estirando el Chicle llevaba semanas en el número 1 de los más escuchados del país en Spotify, que Isa Calderón y Lucía Lijtmaer también están en primeras posiciones con su Deforme Semanal, que Martita de Graná llena estadios de 2.500 personas, que las Riot Comedy no paran de hacer giras y que todas ellas, con un humor muy feminista, hacen sold out con sus espectáculos continuamente.
Vaya, que precisamente ahora, el humor feminista está en auge y vende muchas entradas.
Entonces, la programadora de la Chocita, ¿No sabe lo que está ocurriendo en su sector? ¿O lo sabe pero su sesgo machista le impide programar mujeres a pesar de ser una mala decisión comercial?
Mientras me hacía estas preguntas, me llegó la respuesta.
Porque la polémica ha sido muy sonada, pero esto que te traigo ahora no se ha difundido tanto, y es fundamental para entender qué ideología hay detrás de esas declaraciones.
La humorista Nadin Din, sacó a la luz en Twitter un cruce de emails con esta misma programadora cuando le escribió para pedirle trabajo en uno de sus espectáculos.
Lee atentamente el email de Laura Sánchez, programadora de La Chocita del Loro:
¿Cómo te quedas?
Bueno.
Ahora entiendo mejor el auge de las cómicas feministas.
Cómo no van a ser feministas, si tienen que aguantar mierdas como esta. Es imposible no serlo y no hablar de ello. El sector es una gran fábrica de humoristas feministas combativas.
La Cueva del Pleistoceno
Ha quedado bien claro que La Chocita del Loro es en realidad La Cueva del Pleistoceno y que discriminan a las mujeres y punto, no es porque no hagan gracia o no vendan entradas.
Pero no acaba aquí la cosa.
A los dos días, sale el Gerente de La Cueva, Francisco Carretero, y lejos de rectificar, se reafirma y dice que el nivel de las mujeres humoristas es más bajo que el de los hombres, y que hay que darles uno o dos años para que estén a la altura de los cómicos que tienen en La Cueva del Pleistoceno.
WHAT?
Es que le faltó decir: HUNGA, HUNGA.
Mira, cuando leí eso, fue como un viaje en el túnel del tiempo 30 años atrás.
Me imaginé a este hombre tomándose un sol y sombra con el Fary en su casposa sala con olor a cerrado y a naftalina, mientras se ríen a carcajadas de los chistes machistas y homófobos de Arévalo.
Pero enseguida me di cuenta de que estaba equivocada.
Y aquí es donde me entró la furia.
No estamos en 1991. Estamos en 2021.
Y la programadora del local de stand up más conocido de Madrid se permite poner por escrito en un email que si no tienes pene o no comes penes, no tienes posibilidades de actuar.
Y además sale el gerente a respaldarla, y a decir que las mujeres somos inferiores sin ponerse ni colorado, y ¡se atreve a argumentarlo! Con absoluta normalidad.
Argumentó que ellos contratan por risas por minuto, independiente de que sea hombre o mujer. Dando a entender que si no tienen mujeres, es porque no hacen gracia.
Pero claro, a ver quién se puede creer que dan oportunidades a las mujeres después de escuchar las declaraciones de su programadora y sus maravillosos emails. Francamente, no me lo creo.
Y todo esto, ¿qué quiere decir?
Pues es la evidencia de que no es que la Chocita del Loro sea misógina, es que esto es el pan nuestro de cada día en la industria del humor, y en el mundo.
Hay mucha gente que todavía piensa de forma inconsciente que las mujeres somos inferiores a los hombres, y toma decisiones en consecuencia.
Tenemos interiorizadas creencias que nos hacen asignar unos roles a las mujeres y otros a los hombres.
Por ejemplo, en este caso, a través de la creencia de que las mujeres no son graciosas, dejan de darles oportunidades.
Sin darse cuenta. Ejerciendo la discriminación sistemáticamente, cada día de su vida.
Esta es la realidad.
Y la prueba, es que todas las cómicas que están triunfando y llenando teatros, todas las que he mencionado antes, TODAS ELLAS, han conseguido el respaldo del público autofinanciándose, sin salir en televisión y a través de las redes sociales y los podcasts.
Esto significa que en la televisión no se les hace hueco, y que hay una especie de techo de cristal y no llegan al mainstream, porque la realidad es que hay demasiados Farys tomando decisiones.
Entonces, ¿cómo podemos acabar con esa discriminación?
Pues mira, hay otras cuatro ideas que tenemos interiorizadas y que son esenciales para entender por qué las mujeres humoristas no rompen ese techo de cristal. Son creencias limitantes que te van a dar qué pensar y que es muy importante que nos revisemos todas y todos.
Te las cuento en el próximo email.
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Un abrazo,
Sara
La Cueva del Pleistoceno
Es una pena pero la mayoría de negocios, cuando funcionan, tienden a ser conservadores a no arriesgar. El dinero es miedoso. Otra cosa es la respuesta que reproduces, se puede ser conservador y no querer cambiar por unas determinadas creencias, esta en su derecho es un negocio privado, pero lo mínimo que se puede pedir es respeto y educación con el diferente.