Esto de intentar educar a tus niños en la igualdad, es un infierno. Si te intentas salir del papel y no inculcarle a tus hijos e hijas los estereotipos, prepárate.
Persevera Sara, eres impaciente y eso en cierto sentido es bueno, porque ayudaras con tu granito de arena a que las cosas cambien.
Cuando yo me case en el 86, era todavía una minoría los que no nos casábamos por la iglesia, en el 93 cuando decidimos no bautizar a mi primera hija, también estábamos en la minoría de raros. Obviamente tampoco tomo la comunión y aquí la decisión ya afectaba a una personita que empezaba a tener uso de razón y que tenia que ver que otras iban a la catequesis y ella no, que les compraban un vestido o daban una fiesta y a ella no. Fue consciente de que de algún modo era diferente pero al final lo vivió y sobre todo lo recuerda en positivo, el no seguir al rebaño fomento su espíritu crítico. De hecho después de explicarle que podía decidir lo que quisiera sobre la comunión, decidió no hacerla. En tan solo 4 años cuando toco la segunda hija ya no eran tan minoría.
Así que hacer lo que creáis que tengáis que hacer con la educación de vuestros hijos, los cambios siempre son lentos e incrementales.
Persevera Sara, eres impaciente y eso en cierto sentido es bueno, porque ayudaras con tu granito de arena a que las cosas cambien.
Cuando yo me case en el 86, era todavía una minoría los que no nos casábamos por la iglesia, en el 93 cuando decidimos no bautizar a mi primera hija, también estábamos en la minoría de raros. Obviamente tampoco tomo la comunión y aquí la decisión ya afectaba a una personita que empezaba a tener uso de razón y que tenia que ver que otras iban a la catequesis y ella no, que les compraban un vestido o daban una fiesta y a ella no. Fue consciente de que de algún modo era diferente pero al final lo vivió y sobre todo lo recuerda en positivo, el no seguir al rebaño fomento su espíritu crítico. De hecho después de explicarle que podía decidir lo que quisiera sobre la comunión, decidió no hacerla. En tan solo 4 años cuando toco la segunda hija ya no eran tan minoría.
Así que hacer lo que creáis que tengáis que hacer con la educación de vuestros hijos, los cambios siempre son lentos e incrementales.
Claro que sí, los impacientes cambiamos el mundo y abrimos puertas a los y las que vienen detrás!