Hola, soy Sara Soria, y en Mentes Despiertas comparto ideas y reflexiones para empoderarnos y combatir la desigualdad.
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En 1955 Ella Fitzgerald no conseguía actuar en el club nocturno más popular de Hollywood, el Mocambo. Su música no encajaba con el estilo de la sala, era una mujer racializada, y por su sobrepeso no se ajustaba a los cánones de belleza de la época.
Ella lo que quería era cantar, pero es muy común juzgar a las mujeres por su aspecto, y exigirles que además de tener talento y hacer bien su trabajo, deben tener cuerpos normativos. Es algo que denuncian presentadoras, artistas y cómicas como Tania Llasera o Ana Morgade aún a día de hoy.
Imagínate en aquella época, con el tamaño corporal de Ella Fitzgerald.
Marilyn Monroe, que por entonces era una superestrella, había visto a Fitzgerald actuar en un pequeño club y decidió ayudarla consiguiéndole un hueco en el Mocambo.
Se puso en contacto con el propietario del club, y le convenció para contratar a Ella Fitzgerald durante una semana. Le dijo que si lo hacía, ella estaría allí todas las noches con sus amigos, lo que le daría mucha publicidad por la cantidad de prensa que atraería a su local.
El propietario accedió, y Monroe estuvo en primera fila todas las noches.
Cantar en el Mocambo fue un punto de inflexión en la carrera de Ella Fitzgerald. Ella misma dijo que estaba en deuda con Marylin Monroe: “después de eso, nunca más tuve que volver a tocar en ningún pequeño club. Era una mujer fuera de lo común, adelantada a su época y ella ni siquiera se daba cuenta”.
Míralas, qué poderosas y maravillosas. Me encantan.
Se hicieron amigas y tras el éxito en el Mocambo, Fitzgerald ya actuaba en grandes locales. Sin embargo, debido a la segregación racial que todavía existía entonces, algunos locales hacían entrar a Fitzgerald por la puerta trasera.
Una vez que Marylin Monroe viajó a Colorado para ver actuar a Fitzgerald, vio cómo su amiga era apartada de la entrada principal, así que Monroe se negó a entrar si no se les permitía a ella y a Fitzgerald pasar por las puertas principales.
Por supuesto, se salió con la suya y la cantante nunca más volvió a entrar por la puerta trasera de ningún local.
Marylin Monroe hizo uso de su privilegio de blanca y su condición de estrella contra el racismo y el machismo de la época, para ayudar a otra mujer de gran talento.
Y esto es un ejemplo perfecto de cómo practicar la sororidad.
¿Qué es la sororidad?
Se trata de la solidaridad entre mujeres ante una situación de discriminación. En definitiva, que nos ayudemos entre nosotras, nos apoyemos y nos demos la mano para avanzar contra las injusticias.
Y es que las mujeres reales, seguras de sí mismas, líderes, son las que ayudan a otras mujeres a triunfar.
Aunque te sientas insegura, antes de ponerle a una compañera la zancadilla, acuérdate del karma y de que recibes lo que das.
Tejer redes entre nosotras es mucho más poderoso y mucho más beneficioso a la larga.
Recuérdalo siempre.
O reenvíaselo a alguien que le pueda interesar. Cuantas más mentes despertemos, mejor:
Un abrazo,
Sara
Me ha encantado, es una historia muy bonita que no conocía. Me da pie a comentar algo sobre Norma Jeane Baker, que aunque en tu historia ejerce de persona fuerte, era una persona muy sensible e inteligente(Dicen que tenia un CI de 165), sin embargo su personaje publico que se vendía como un estereotipo de rubia guapa, "muy femenina" y tonta. Creo que si investigas en su historia descubrirás cosas muy interesantes relacionadas con lo que estas trabajando.