Hola, soy Sara Soria, y en Mentes Despiertas comparto ideas y reflexiones para empoderarnos y combatir la desigualdad.
Suscríbete para recibir contenidos como este en tu bandeja de entrada:
Seguramente has escuchado alguna vez que las mujeres somos más retorcidas.
Que somos más brujas, que nos criticamos más entre nosotras.
Desde pequeñas, se nos condiciona para que conozcamos la rivalidad y la envidia.
Acuérdate de la madrastra de Blancanieves, de las hermanastras de la Cenicienta, de la bruja Úrsula en la Sirenita. Mujeres malvadas, envidiosas, arpías. Auténticas villanas.
En fin, otro día hablamos de Disney, porque da para un ensayo.
El caso es que nos graban a fuego que las mujeres somos malas, crecemos pensando que tenemos que competir entre nosotras, criticando a las demás.
Ya hemos hablado de los roles de género, y de los mensajes sexistas que recibimos incluso desde antes de nacer, que nos dicen cómo debemos comportarnos en función del sexo.
Estos estereotipos transmiten valores, creencias e ideas, que se asignan a un género y que nos condicionan e impiden que nos desarrollemos libremente.
Por ejemplo, demasiadas veces, en el parque, escucho a los padres y madres decir que las niñas son “más brujas”, que son más “complicadas”, y que los niños son más “nobles”, más “simples”.
Y es una creencia tan extendida que ya, ni la cuestionamos. Se convierte en una profecía autocumplida.
Para empezar, estos adjetivos como arpía, bruja, o mala pécora, que son absolutamente peyorativos, solo se nos asignan a las mujeres.
¿Por qué será? Ya te lo digo yo: por misoginia pura.
Hay una regla infalible para determinar si algo es sexista, y es cambiándole el género.
Cuando un adjetivo negativo dirigido a una mujer no tiene equivalente en masculino, es porque es sexista.
Por ejemplo arpía, que significa mujer muy malvada. La palabra arpío directamente no existe. Se ve que no hay hombres malvados.
O bruja, que en su acepción en masculino, significa hechicero, mago, y suele ser positivo, mientras que en femenino significa también mujer malvada y es por tanto muy negativo.
Acuérdate de eso antes de decir que “las niñas son más brujas”.
Basta de guerras entre mujeres
Pero, ¿somos todas unas arpías? ¿por qué nos despellejamos entre nosotras?
¿Es por naturaleza, porque lo llevamos en los genes?
Va a ser que no.
Como decía más arriba, la educación, el entorno, los mensajes que nos lanzan, los referentes que tenemos y toda la sociedad nos ha hecho creer que tenemos que luchar entre nosotras, en lugar de tendernos la mano, querernos y apoyarnos.
Todo esto forma parte del sistema patriarcal en el que vivimos.
Y es que al patriarcado, le interesa mucho que estemos peleadas.
A este sistema desigual en el que las mujeres estamos discriminadas, le encanta que nos tiremos de los pelos. Mientras estamos ocupadas criticándonos entre nosotras, no hacemos nada para cambiar la situación de desigualdad que nos aplasta en nuestro día a día.
Pero no te preocupes, de todo se sale. Tú también puedes dejar de pelearte con otras mujeres y vivir por fin en paz.
Verás, cuando tenía quince años, yo también decía eso de: “Me llevo mejor con los chicos, son más nobles, no se destripan entre ellos.”
A lo mejor te suena. Puede que hasta lo hayas dicho alguna vez.
Desde luego, yo lo he dicho toda la vida. No sabes la vergüenza que me da reconocerlo.
Recuerdo también que en esa época, si tu novio se iba con otra, ponías a parir a la chica con la que te ha puesto los cuernos y la culpabas a ella por robate el novio. Cuando en realidad, el que te ha traicionado es él.
Piénsalo, es surrealista.
Afortunadamente, ya no tengo quince años, y las cosas han cambiado mucho.
Cada vez hay menos guerras entre mujeres, y muchas hemos aprendido a tejer redes entre nosotras y ayudarnos.
Y la verdad es que ya no puedo decir que las mujeres nos despellejamos entre nosotras, porque sinceramente no lo veo a mi alrededor.
Las mujeres de mi entorno, tanto en el trabajo, como en la familia, o en mis grupos de amigas no nos criticamos, nos ayudamos y nos queremos, y ya no vivo guerras entre mujeres.
Ahora, las mujeres que me rodean son maravillosas, me siento sostenida por ellas, y la vida es mucho más fácil y más agradable, te lo aseguro.
Cómo acabar para siempre con las peleas de gatas
Si tú también quieres rodearte de mujeres top que te hagan bien y no te quiten la energía, te cuento qué es lo que me ha servido a mi para acabar para siempre jamás con las peleas de gatas.
Deja de decir que las mujeres somos unas arpías entre nosotras, para romper estas creencias hay que dejar de repetirlas como un mantra. Alza la voz y posiciónate en contra cuando escuches que alguien lo dice.
Cuando ves que alguien empieza a criticar sin fundamento, enciende las alarmas, afeale la crítica y señálalo, la próxima vez pensará dos veces antes de hacerlo.
A veces, esperamos que las mujeres sean más amables, y nos enfadamos cuando no se ajustan a esa expectativa. Así que deja de esperar que sea agradable porque sí, y pregúntate si la juzgarías igual si fuera un hombre.
Antes de criticar a alguien, ponte en su lugar, empatiza, y piénsate dos veces si no tienes otra cosa mejor que hacer que gastar energía hablando mal de alguien. ¿No te resulta agotador?
Empieza por tu autoestima. Muchas veces las críticas a otras mujeres son fruto de tus propias inseguridades. Quererse y aceptarse es el primer paso para empatizar.
Y recuerda siempre que la unión hace la fuerza y que juntas, y no como enemigas, vamos a conseguir que el patriarcado caiga, porque se va a caer.
Lo vamos a tirar. JUNTAS.
Un abrazo,
Sara
Si te ha gustado esta newsletter, reenvíasela a alguien que le pueda interesar. Cuantas más mentes despertemos, mejor:
Y si has llegado hasta aquí sin saber muy bien cómo, suscríbete:
Personalmente no me gusta cuando dicen lo de princesita y campeón...y además lo comentas para tratar de evitar estas cosas con la familia o amigas y te tachan de impertinente.
Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. Siempre estamos con la cantinela de ..las niñas son más brujas bla bla bla...y me averguenza haberlo dicho muchas veces. Pero cuando te haces consciente es cuando puedes cambiar tus conductas.
100% de acuerdo también sobre el apoyo entre las mujeres...además de ser increiblemente sanador, nos ayuda a crecer.
Gracias Sara, una brisa de esperanza contra el patriarcado. Hasta el viernes :)